¿Por qué las gatas trasladan a sus gatitos? Es nuestro tema de hoy en mallas de seguridad protegge para niños y gatos en balcones y ventanas. Es un fenómeno que se repite los primeros días después de dar a luz, e incluso lo hacen en varias ocasiones. El traslado de las crías de un lugar a otro por parte de mamá gata guarda relación con su pasado salvaje, anterior a la domesticación, como el instinto de caza que, varios milenios después, sigue vigente en estos felinos.
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Instinto de supervivencia
Por tanto, detrás de este movimiento, detrás de estos cambios de lugar con las crías, se esconde un instinto de supervivencia primario, de protección a los cachorros, de salvaguarda, muy parecido a muchos otros comportamientos que adoptan los mamíferos cuando tienen descendencia.
Para comprenderlo hay que retrotraerse al mismo momento del parto. Las gatas no dan a luz en cualquier lugar, sino que cuando se acerca el momento, mamá gata busca un sitio escondido, resguardado del peligro y seguro para traer al mundo a su prole. Algo lógico, pues la gata no solo quiere parir tranquila, sino que desea también que durante los primeros minutos ninguno de sus cachorros esté expuesto a depredadores y demás peligros.
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Lugar seguro para sus crías
Esta es la razón por la cual durante los primeros días mueven a las crías de sitio y se trasladan de un lugar a otro: para buscar un refugio seguro para su descendencia. Cualquier olor diferente, movimiento, aunque ese no entrañe peligro, o presencia de otros animales, e incluso de los humanos, son motivos más que suficientes para que mamá gata decida mover a los cachorros y llevárselos a otro escondite.
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Y si la gata lleva tiempo viviendo con nosotros, nos considerará también un lugar seguro, razón por la cual puede suceder que nos traiga a las crías justo después de parir, afianzada en ese vínculo que nos une; un ejemplo de que confía en nosotros para proteger aquello que más quiere: sus crías.
Este comportamiento se repetirá durante unas tres semanas, momento en el que la madre comienza a separarse de sus crías, pues entiende que estas pueden sobrevivir, salir adelante por sí mismas. Por tanto, si vamos a separarlos para dar los cachorros en adopción, hemos de esperar a que se produzca este hecho natural de la especie para que no rompamos el vínculo necesario que madre e hijos forman justo después del nacimiento.
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