Aunque los perros ya se usaban desde época griega y romana como ayuda en terapias de curación, no será hasta época moderna y contemporánea cuando realmente se contemple el empleo de los animales para tratar algunos problemas emocionales. Antes de que Boris Levinson, a mediados del siglo XX, se ayudara de un perro para tratar a un paciente con autismo y definir la zooterapia como tal, encontramos casos de centros donde ya se empleaban cánidos para trabajar con personas con discapacidad.
En la actualidad, además de perros, se recurre a otros animales como parte importante en el desarrollo de diversas terapias, como caballos, delfines, gatos, peces…, hasta abejas. ¿Quieres saber por qué la terapia con animales es muy beneficiosa para tu salud y te ayuda a superar problemas físicos y emocionales? Sigue leyendo y descúbrelo.
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Ayuda a combatir la soledad
En alguna ocasión hemos señalado que los perros son muy beneficiosos para las personas mayores por cuanto los ayuda a que se sientan menos solos. Pero no solo ellos. Cualquier persona, con independencia de su edad, puede descubrir que con un animal en casa, la sensación de tristeza y soledad no existe. Un animal te da alegrías, juegos y compañía, por eso son perfectos para tratar trastornos derivados de este problema (soledad, angustia, tristeza) o de enfermedades como el cáncer (depresión, baja autoestima).
Nos ayuda a interactuar con los demás
Las terapias que desde el siglo XVII en adelante se hacían con animales buscaban la interacción de personas autistas o con discapacidad. Está demostrado que trabajar con animales (delfines o caballos, sobre todo) favorece la comunicación y socialización de aquellos pacientes con diversidad funcional, ya sea física, visual, auditiva o mental. Por eso, los profesionales en salud mental que trabajan con estas personas apuestan por el uso de los animales.
Es más, aunque no se padezca ningún trastorno, tener un animal en casa también conlleva beneficios. Tenemos que sacarlo a pasear, y ello propicia que hablemos e interactuemos con otras personas.
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Son perfectos para reducir los estados de estrés, ansiedad y nerviosismo
Los animales facilitan la relajación. Acariciar a nuestro gato o perro, salir a pasear y evadirnos del trabajo o de los problemas, jugar con él, montar a caballo… son ejemplos de situaciones que nos ayudan a mantener esos estados emocionales a raya. Por eso, algunos psicólogos trabajan con estos animales como parte de sus terapias. Hay animales, además, como los peces cuyo poder de relajación es muy destacado.
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Estimula nuestra mente
Las personas con enfermedades neurodegenerativas también son candidatas a la zooterapia. Se ha evidenciado que la terapia con caballos, gatos o perros ralentiza los efectos de estas enfermedades, lo que supone todo un punto a favor en este tipo de tratamientos.
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